2019/03/12

SOBRE EL NOMBRE DE CORELLA (2). NOMBRE DE MUJER



El segundo epígrafe de los apuntes de D. Agustín Fernández Virto sobre el nombre de Corella trata de la etimología del nombre de nuestra Ciudad. Vaya por delante que son muy apreciables los conocimientos históricos y el buen discernimiento de D. Agustín para refutar algunas erróneas etimologías, aunque, como es fácil de adivinar para quienes hayan leído mi aportación sobre este tema, creo que no llega a acertar con la etimología propuesta. Pero va dicho que lo que propone no es una barbaridad, aunque con los conocimientos filológicos que al día tenemos a mano, la etimología correcta de Corella es «(*Villa) Corellia».
Añadiré ahora a lo ya dicho, un texto de Julio Caro Baroja en su obra La Casa en Navarra editada por la Caja de Ahorros de Navarra en 1982: “En otra ocasión emití la hipótesis de que el nombre de Corella pudiera estar relacionado con la de «Caura» o «Caurium», pero la verdad es que resulta más fácil imaginar una relación directa con nombres latinos, de hombre y de mujer, como los de «Corelius» y «Corellia» que se repiten en el epistolario de Plinio el joven. «Corellia» puede ser -como va dicho- el nombre de una villa, como el de otros hispánicos del mismo tipo, que sobrevivió a la ocupación árabe, como ocurre también en tantas otras ocasiones”.
Aplica en este texto D. Julio un principio fundamental en cualquier disciplina, desde un punto de vista científico, que se conoce como principio de Occam, también llamado “la navaja de Occam”. 
 
El nombre de persona Corellius aparece en la Naturalis Historia, magna enciclopedia escrita por el naturalista latino Plinio el Viejo (G. Plinius Secundus, 23-79): “Corellius eques Romanus Ateste genitus insevit castaneam suomet ipsam surculo in Neapolitano agro. sic facta est castanea, quae ab eo nomen accepit inter laudatas. postea Tereus eiusdem libertus Corellianam iterum insevit. haec est inter eas differentia: illa copiosior, haec Tereiana melior”. Corellius, caballero romano nacido en Ateste plantó castaños en la campiña napolitana y consiguió una variedad, de las más alabadas, que recibió su nombre, corelliana.

Otro gran escritor latino, sobrino del anterior, Plinio el Joven (G. Plinius Caecilius Secundus, 61-112) fue amigo del senador romano Q. Corellius Rufus (30-98) y mantuvo relación epistolar con una hermana de este, Corellia y con la hija, Corellia Híspula. Estas mujeres pertenecían a la alta aristocracia romana y formaban parte del círculo intelectual de Plinio el joven, en el que se incluían algunas escritoras, cuyas obras hoy son desconocidas. Corellia Híspula fue madre de Lucius Corellius Neratius Pansa, cónsul en el año 122.
En la Península Ibérica encontramos documentado Corellius en el registro epigráfico: Concretamente en una inscripción de contenido funerario, hoy desaparecida, cuyo hallazgo tuvo lugar en los campos situados al oeste de Alcalá de Henares: D(is) M(anibus). / Corelli(o) / Saturnino, / ann(orum) XXX. / Corellius / Limicus fra/tri piissimo. / S(it) t(ibi) t(erra) l(evis). A los dioses Manes. Para Corellius Saturninus, de 30 años. Corellius Limicus (lo hizo) para su hermano piadosísimo. Que la tierra te sea leve.
En otro epitafio sepulcral parece también encontrarse el mismo nombre. En Las Cuevas de Soria (Quintana Redonda, Soria), donde fue excavada la Villa de la Dehesa, se descubrió la inscripción: D(is) M(anibus) / Cor(---) Masue/ti hic sit(us) / Cor(---) Saturni/nus pater / posuit. Pero aquí donde algunos completan Cor(ellius) Saturninus, otros prefieren Cor(nellius).
Estas inscripciones se datan en la segunda mitad del siglo II.
Fuera de la Península, en la antigua Britania, se encontró en la actual ciudad de York una inscripción funeraria en la que encontramos los nombres Corellia y Corellius. Se trata de un epitafio, de gran fuerza poética [que expresa lo terrible que es para un padre perder a su hija], que dedica Quintus Corellius Fortis, a su hija Corellia Optata, fallecida a los 13 años: [D(is)] M(anibus) CORELLIA OPTATA AN(norum) XIII /. SECRETI MANES QVI REGNA ACHERVSIA DITIS INCOLITIS, / QVOS PARVA PETVNT POST LVMINA VITE / EXIGVVS CINIS ET SIMVLACRVM CORPO(r)IS VMBRA. / INSONTIS GNATE GENITOR SPE CAPTVS INIQVA / SVPREMVM HVNC NATE MISERANDVS DEFLEO FINEM. Q(uintus) CORE(llius) FORTIS PAT(er) F(aciendum) C(uravit).
Traducción libre: "A los Dioses Manes. Corellia Optata, 13 años. Oh, espíritus misteriosos, vosotros que habitáis en el reino infernal de Plutón, adonde una pequeña se dirige luego que la luz de su vida se ha apagado, [convertida en un] diminuto montón de cenizas y una sombra, vana imagen del cuerpo. Padre de una inocente, cautivo de una falsa esperanza, lloro, miserable, el final de mi niña. Quintus Corellius Fortis, padre, ha hecho erigir este monumento".

En Italia existen dos municipios que comparten el nombre con nuestra ciudad: Coreglia Antelminelli, en la región de Toscana, y Coreglia Ligure, en la región de Liguria. La grafía del italiano puede oscurecer un poco esta equivalencia, pero mirad este video, un ejemplo entre muchos, donde se puede escuchar cómo suena Coreglia en italiano para comprobar la identidad fonológica con Corella. 


También existe un lugar menor (barrio o concejo) perteneciente al municipio de Dicomano, en la región de Florencia, denominado Corella, que tiene un sonido diferente a nuestro Corella.
En Coreglia Ligure tienen claro el origen de su nombre: “Dal nome di persona Corellius, la specifica indica la posizione geografica”. En 1862, con el nacimiento del Estado italiano, surgió la necesidad de distinguir los municipios homónimos, utilizando en este caso el nombre de la región, para diferenciarlo de la otra Coreglia, a la que se le añadíó el específico Antelminelli. [Es un caso parecido a lo que pasó en el Estado español con las distintas Tudelas: Tudela de Navarra, Tudela de Duero, etc.]
En Coreglia Antelminelli también conocen este origen, aunque allí parece que también son algo aficionados a las leyendas:

Curiosamente la primera documentación histórica de esta Coreglia hace referencia a un castillo como sucede con Corella: “castra Corelliae” [castillo de Corellia].
Es evidente que la existencia de estos “Corella” itálicos invalida por sí sola la propuesta etimológica de D. Agustín Fernández.
Creo que es hora de que usemos bien “la navaja de Occam” y separemos la etimología del nombre de Corella de aquellas que podríamos llamar “etimologías populares y curiosas”, que, sin dejar de ser interesantes, nos alejan del conocimiento científico de la historia de nuestra Ciudad.


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