2019/04/16

ARQUEOLOGÍA, LENGUAS Y DISCURSOS SOBRE EL EUSKERA

Korrika 2019 a su paso por Tudela

Siempre he pensado que la cultura unía a las personas y que la política las separaba, y que está bien que así sea. No es más que una intuición, o un deseo, o simplemente una manera de ordenar el/mi mundo. En el ámbito cultural la confrontación de ideas es la condición, el método, el camino en la búsqueda de una verdad compartida que nos haga más comprensible el mundo. En el ámbito político el debate de ideas es el escenario de una confrontación de los intereses de los diversos grupos sociales, grupos de poder, instituciones, etc., que conforman la sociedad. La calidad democrática se mide precisamente por esta capacidad de oponernos los unos a los otros, sin que se rompa la convivencia, claro.

Necesitaba esta pequeña diserción para explicar que afronto las ideas que a continuación expondré en este post restringiéndome al ámbito cultural. Cualquiera se da cuenta que a veces, o muchas veces, los discursos culturales están impregnados de política. Seguramente es inevitable que en cualquier discurso se instile la ideología de quien lo produce, pero podemos, creo yo, hacer un esfuerzo por priorizar uno de los dos polos.

Viene esto a cuento de que ha caído en mis manos un artefacto cultural denominado desolvidar producido por Patxi Mendiburu. Se trata de un blog, que no sigo, pero del que me ha llegado noticia a través de estas vías modernas llamadas grupos de facebook. En concreto lo que ha llamado mi atención ha sido una entrada publicada el 6 de abril de 2019 intitulada Necrópolis musulmana de Tudela (DN). Consiste esta entrada en la transcripción de un artículo publicado en Diario de Navarra, que nos informa del reciente descubrimiento en Tudela de más de cien enterramientos realizados según el rito musulmán, datados provisionalmente  entre los siglos XII y XVI. Descubrimiento arqueológico extraordinario, de gran interés científico y cultural, que a bien seguro nos permitirá conocer mejor el pasado de Tudela y la Ribera. Se incluye también el anuncio de una conferencia organizada por la Asociación Cultural Doble 12, que impartirá en Tudela el profesor de la Universidad de Navarra Javier Andreu Pintado con el título Hablan las piedras Navarra ¿tierra de los Vascones? Estos dos elementos van precedidos de una entradilla que dice literalmente lo siguiente:

A pesar del empeño de algunos (proceso de 1535 contra el nombramiento del protoalbéitar López de Zamora), el vascuence nunca fue lengua natural en Tudela, sino forastera (trashumancia, almadieros...).

Por el contrario, Tudela vivió bajo dominio musulmán varios siglos. Veamos el reciente hallazgo de la necrópolis musulmana. Las piedras y los huesos, señores de la Corrica, hablan, y no precisamente en euskera”.

Lo más llamativo de este texto  es precisamente el paratexto que incluye, esa apelación, esa llamada de atención que hace a los “señores de la Corrica”. Pasaré por alto si ese “señores” incluye a las señoras, a los y las adolescentes, etc. Más díficil de desatender es la grafía utilizada para nombrar un evento que sus organizadores denominan, siguiendo las normas ortográficas del euskera estándar contemporáneo, Korrika. Una lectura quizás extrema de este desprecio del discurso del otro nos llevaría a pensar que estamos ante lo que se denomina últimamente hate speech. Apoyaría esta lectura la concomitancia con los discursos vehiculizados estos días por representantes de  partidos del Bando nacional denostando esta expresión de cultura y movilización popular de apoyo al euskera organizada por AEK. Pero he dicho que no quería salirme del ámbito cultural y, por tanto, eludiré estos extremos para centrarme en el comentario de las afirmaciones sobre tema histórico y lingúístico  vertidas en el citado blog con las que discrepo. Sin negar, por supuesto, la emoción que siento cada vez que participo, junto a los míos, en la Korrika.

Dice Patxi Mendiburu:  “A pesar del empeño de algunos, el vascuence nunca fue lengua natural en Tudela, sino forastera”. Y remite a otra entrada del blog titulada ¿Se habló vascuence en Tudela? en la que se discuten los argumentos a favor del sí a dicha pregunta que se basan en los testimonios aportados por testigos tudelanos en un proceso de 1535 contra el nombramiento del protoalbéitar López de Zamora. Este testimonio documental es importante, aunque no el único, de la presencia del euskera en la Ribera de Navarra en siglos pasados. Mi conocimiento de estos testimonios se basan en lo escrito por Teófilo Echeverría  Belzunegui en la introducción que él mismo preparó de la edición facsímil del Libro de albeitería de Pedro López de Zamora, que había sido publicado en 1571. Es un libro que está disponible para quien le interese en varias bibliotecas de la Red pública de Navarra. Como ya algo traté este tema, repito lo que escribí en 2002: 

"Un proceso de 1540, incoado a partir de la resistencia de los albéitares (veterinarios) y herradores del Reyno de Navarra al nombramiento como Protoalbéitar (Inspector Veterinario o algo así, diríamos hoy) de Pedro López, natural de Zamora y establecido en Tudela, en el que los testigos consideraban un inconveniente para su entendimiento normal con la gente, particularmente con los trajineros y mulateros, el que el tal Pedro López no hablaba el euskera ni lo entendía, y he aquí lo que declaraban cuatro testigos de Tudela:

"no era bascongado... y la mayor parte del Reyno es bascongada"

"por ser castellano como es, no sabía bascuence porque no es dado el bascuence a los castellanos"

"algunas veces hablando con bascongados le ha visto tener persona que le declarase en romance lo que el bascongado le decía por no poder entender de otra manera"

"suele buscar un intérprete para que le declare y le diga lo que quiere o ha menester y que en ello pasa trabajo y que por ello se olgaría mucho de saber hablar bascuence para dar recaudo a los que van a su casa"

A Tudela, pues, llegaban arrieros euskaldunes monolingües que se entendían con el veterinario castellano a través de vecinos de Tudela que conocían ambas lenguas".

El historiador Peio Monteano ha dedicado varios libros y artículos al estudio de la sociedad navarra del siglo XVI incidiendo en la realidad lingüística de aquel momento. No haría falta recordar  El iceberg navarro. Euskera y castellano en la Navarra del siglo XVI (2017) o 'Vascos' y 'franceses' en la Tudela de mediados del siglo XVI (2005), completados con el reciente La lengua invisible. El euskera en la Corte y en la Ribera de Navarra en el siglo XV. De sus investigaciones Monteano deduce que en el siglo XVI más del 80% de los navarros hablaba euskera y que más de la mitad de la población desconocía el castellano. ¿Y en Tudela? El citado pleito y otros datos aportados por Monteano documentan que existía una comunidad euskaldún bilingüe que servía de mediadora entre 'bascongados', o sea euskaldunes monolingües (mulateros, arrieros, etc., o nuevos llegados a Tudela, según la interpretación de Jimeno Jurío o la mía), y monolingües castellanos como López de Zamora. Y esta población bilingüe no era solamente población dedicada al pastoreo o la trajinería.

En otras ocasiones ya he mencionado el caso de Juan de Amendux, que es el primer poeta de quien se conserva una elegía en euskera datada en 1564, que aunque nacido en Pamplona, pasó su infancia y adolescencia en La Ribera donde aprendió a leer y escribir, en Tudela. Juan de Amendux era hijo de un cirujano pamplonés de origen bajo-navarro. Quedó huérfano en 1548, y fue puesto bajo la tutela de un primo suyo, Juan de Osés, cirujano, vecino de Valtierra. En un documento de 1553 se dice de él: “Juan de Osses vezino de Baltierra y natural de esta ciudad dijo era descendiente de la casa de Vidarte de la tierra de Osses en la Vaxa Navarra que era solar de nobleza y le correspondía la misma esempcion lo que se mandó así”. Y en un documento de 1577 se le nombra como “Joan de Oses alcalde de la dicha villa por su magestad...” En el mismo documento de Valtierra aparecen estos otros nombres de persona: Joan de Leçaca, Joan de Agerre, Fco de Baigorri, Joan Abarca, Pedro de Arbizu, Salvador de Arraiz, Miguel de Aybar, Joan Zapata, Miguel de Añorbe, Juan de Ororbia, Joan de Echague, Pedro de Atondo,... En el siglo XVI el alcalde de Valtierra era euskaldún. Podemos decir pues que las gentes vasco-hablantes de la Ribera se distribuían por todos los estratos sociales.

No se debe considerar en todo caso el tema de la trashumancia como un fenómeno banal. El contacto milenario entre gentes pirenaicas y ribereñas es lo que se llama un fenómeno histórico de longue durée, que no ha sido suficientemente estudiado, pero que en mi opìnión es determinante para explicar muchos sucesos de la historia de Navarra. Pensemos por ejemplo porqué durante siglos los castillos ribereños estuvieron defendidos por ballesteros roncaleses.

Desde el siglo XII, fueron llegando a la Ribera Tudelana gentes euskaldunes del resto de Navarra y otros territorios 'bascongados'. También por supuesto de regiones romances. Y esta, la romance, era la lengua mayoritaria. Según una Crónica de Aragón escrita por el arzobispo Hernande de Aragón y Gurrea en 1555 el río Aragón hacía de frontera entre el euskera y el aragonés, y así el euskera era el idioma propio de Sangüesa, mientras que el de Sos era el aragonés, empleándose este romance también en las localidas navarras del margen oriental de ese curso fluvial, como era el caso de Tudela: "Sangüesa vizcaíno, Sos aragonés, y assí hasta Tudela hablan aragonés, aunque a mucho tiempo están por Navarra".

En todo caso no creo que se pueda afirmar como se hace que el euskera fuera en Tudela una lengua  ajena, extraña o forastera. Es díficil establecer unos porcentajes, pero basándonos en los trabajos de Peio Monteano, Esteban Orta y otros se puede afirmar que la comunidad euskaldún en Tudela y la Ribera suponía en el siglo XVI no menos del 20% de la población.

Por otra parte no encuentro sentido a la expresión 'lengua natural de Tudela'. ¿Cuál puede se esa lengua natural? El latín que llegó de Roma, el árabe que llegó del Oriente Medio, el bereber de África, la lengua mozárabe que se habló antes de la conquista de Tudela por Alfonso I hace 800 años, el romance aragonés que se habló hasta el siglo XVI, el romance castellano, el último en llegar? Lenguas naturales son todas, incluso el inglés que hoy se estudia con tanta fruición en los colegios tudelanos. Se podrá hablar de lenguas mayoritarias y minoritarias en cada momento histórico, pero no de lenguas naturales y no naturales.

No creo que la afirmación de que "Tudela vivió bajo dominio musulmán varios siglos" le coja por sorpresa a nadie. No es algo que nos haya descubierto "el reciente hallazgo de la necrópolis musulmana". Es un hecho histórico y de capital importancia para la historia lingüística de Navarra, sin duda. Se ha escrito mucho sobre este periodo, sobre los Banu-Qasi por ejemplo, y seguro que todavía queda mucho por estudiar e investigar, pero no es cuestión de extendernos sobre este tema. Lo que me importa es recalcar la radical falsedad de la afirmación de Patxi Mendiburu cuando dice que "las piedras y los huesos hablan, y no precisamente en euskera".

Que las piedras hablan lo saca del título de la conferencia de Javier Andreu Pintado de la que hace publicidad. Sobre esto puede verse lo que he escrito en el post ¿Es Vasconia la tierra de los navarros? Las piedras, a veces, son un material en el que se nos transmite escritura. La escritura no es algo natural como decíamos de las lenguas. La escritura es un fenómeno complejo cultural y social, muy reciente en la historia de la humanidad, y más aún por estas tierras, que hay que saber leer y entender (faceta cultural) y que hay que saber ubicar e interpretar (faceta social). En algunos casos se podría decir, como tropo literario, que las piedras hablan, aunque en el contexto en que lo utiliza Javier Andreu creo que transmite un mensaje engañoso.

Que los huesos hablen, y este es el quid de la cuestión, la clave del discurso de Mendiburu, me parece un sinsentido extremo. Cierto es que del estudio científico de esos huesos inhumados en Tudela según ritos de enterramiento islámicos se puede obtener una importante información histórica. Cada vez son más importantes los estudios géneticos para el conocimiento de diversos aspectos de nuestro pasado como la movilidad o la dieta de las poblaciones. Sirva de ejemplo un reciente estudio de la investigadora Iranzu Guede sobre cómo se vivía en la Edad Media en el Norte Peninsular. Pero saber qué lengua hablaban aquellas gentes, del estudio de los restos óseos hallados, no está, que yo sepa, al alcance de nadie.

Para estudiar la historia lingüística se requiere de otros cauces. De cauces documentales. Uno puede ser el estudio de la Onomástica, el estudio de los nombres de lugar y de los nombres de persona. Un pequeño trabajo mío intentaba explorar este camino, dentro de sus limitaciones, Antroponimia medieval euskérica en la Ribera Tudelana. Perdón por la auto-cita, pero creo que las conclusiones de aquel trabajo vienen bien para resumir mis ideas sobre este tema:

"En conjunto, el estudio de la antroponimia medieval en la Ribera nos permite vislumbrar la existencia en esta comarca de una comunidad euskaldún, dato que por otros estudios podemos ampliar hasta la Edad Moderna. Aunque en principio se pueda afirmar que esta comunidad euskaldún tiene su origen en un proceso de repoblación con gentes navarras a partir de la conquista del Valle del Ebro, además del aporte humano y lingüístico propiciado por la ocupación de amplios territorios para la ganadería transhumante por gentes de la Montaña, tampoco se puede negar la posibilidad de una perduración del euskera autóctono durante los siglos de dominación musulmana, y en este sentido parece que hablan los datos que aportamos. El mantenimiento de la lengua y la cultura bereber en el Magreb, inmersa en el mundo árabe, podría ofrecernos un paralelismo con la situación que se viviera en aquellos siglos, aunque en nuestro caso también debemos suponer la perduración de un sector de población de habla latina o romance que contó también con aportes poblacionales de comarcas que hoy forman parte de Aragón. Sin duda desde época antigua la Ribera ha sido un crisol de culturas".

Crisol de culturas