2020/07/03

8 APELLIDOS NAVARROS (5) AZCONA

AZCONA





Azcona es una población de Tierra Estella, situada a 96 kilómetros de Corella y 44 de Pamplona. Administrativamente es un concejo del Ayuntamiento del Valle de Yerri / Deierri. Su nombre oficial es Azcona en castellano y Aizkoa en euskera. 

El nombre está compuesto de haitz 'peña', sufijo diminutivo -ko y artículo -a. Su equivalente en castellano sería 'La Peñuela' o 'La Peñica'. La documentación medieval ya alterna las formas con nasal /n/ y sin ella: aizcona, aysquona, ayzcona (1213); pero marco de eyçcoa (1284), pero periz d'ayzcoa (1293); garcia azcona (1330); johan periz d'ayzcona (1350), etc. En el habla oral, el euskera hablado en la zona hasta el siglo XVIII, reflejada en la toponimia menor, también perduró la forma más antigua: Aizcoavidea y Azcoabidea 'camino a Azcona'.   La reducción del diptongo ai > a no es extraño en euskera, pero la forma Azcona se entiende por influencia del latín con el que se escribían los documentos en la Edad Media que asimilaba los nombres terminados en -o a la declinación latina -o, -onis (leo, leonis), en los nombres autóctonos (también en los nombres de persona, p. ej. Enneco - Enneconis).



El valle de Yerri / Deierri no es excesivamente conocido por los navarros, pero posee un gran patrimonio cultural,  monumental e histórico. Ciñéndonos a Azcona, destaca su arquitectura religiosa, la parroquia de San Martín, de inicial estilo neogótico, del siglo XIII y en la parte alta de la població la basílica de Nuestra Señora de Mendigaña, en origen una ermita medieval, pero reconstruída en el siglo XVIII. Y la joya de la corona que no puede dejar de visitarse es la ermita de Santa Catalina de Azcona

Ubicada a escasos kilómetros de Azcona, en el lugar que ocupó el hoy despoblado de Ciriza  "se yergue la ermita de Santa Catalina, una de las obras más interesantes del románico rural estellés, de hacia 1200, con influencias del Císter. Su planta de nave única con tres tramos y cabecera semicircular repite una tipología de amplia difusión por esta zona, sobre todo en pequeñas iglesias como las ermitas de San Bartolomé de Aguilar de Codés, Santa María Magdalena de Mués o las parroquias de Learza, Lorca o Lácar. Las cubiertas de cañón apuntado, menos la del ábside que forma una bóveda de horno, se articulan por arcos fajones que arrancan de ménsulas a media altura, excepto el toral que se recoge en grueso pilar con semicolumna adosada, cuyos capiteles ostentan las escenas relivarias de Cristo entre leones alados y una lucha entre un centauro y un caballero protegiendo a una dama. La ornamentación de los exteriores se concentra en la sencilla portada de arco apuntado y en las ventanas del ábside cuyos capiteles van provistos de rica ornamentación figurada, uno de ellos narrando un combate entre caballeros que parece inspirado en un hipotético cantar de gesta. Dignos de mencionar son asimismo los canes de la cabecera, también repletos de ornamentación animalística y humana de muy variada índole donde se mezclan los temas religiosos y profanos de manera semejante a la obra del desconocido maestro de los canes de Irache y en relación también, por su técnica, con algunos marfiles hispanomusulmanes contemporáneos, cuya influencia se deja sentir asimismo en las cercanas portadas de Santiago de Puente la Reina. San Román de Cirauqui o San Pedro de la Rua en Estepa. El autor de la escultura o, incluso, de la propia fábrica bien pudiera identificarse con el personaje barbado de una de las ménsulas que se acompaña de la inscripción SANSO/GARCIA. La imagen titular de Santa Catalina es una talla romanista de fines del siglo XVI que se guarda en una hornacina con la inscripción: Esta se mando hazer siendo abbad desta yglesya andres lopez del valle mayor domo que fue del reverendisimo señor don pedro de la fuente obispo de pamplona en este año de 1588". 




La arquitectura civil también es muy interesante. Además del caserío tradicional destaca el llamado palacio de Azcona, construcción barroca del siglo XVII.


El apellido Azcona está muy extendido por toda Navarra, y en la Ribera tiene solera antigua. En la web de Antzinako sólo se recoge el linaje de los Azcona de Villafranca con ramificaciones en Corella, pero el apellido se puede ver en la documetación más antigua de Corella, pues en la Actas Municipales ya se menciona al que fuera vicario de la parroquia de San Miguel, Joseph Azcona, como podéis ver aquí. Aunque sobre estos temas seguro que nos puede informar más el amigo Alberto Azcona "Tapia", gran aficionado a la historia local, al que debemos muchas e interesantes aportaciones a ella. Y para terminar, el anuncio de un lugar mítico en el imaginario colectivo corellano, la confitería Azcona, que aparecía en la revista Corella de Gala, editada por Francisco Peralta Aliaga, el año 1904:


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